El Día de Muertos es una tradición muy importante para los mexicanos, y como cada año, es costumbre poner un altar para nuestros difuntos, disfrazarnos de calaveras y catrines, y colocar tapetes en alusión a esta celebración.

Uno de los eventos más populares que atrae la atención de personas de diferentes partes de la República Mexicana y del mundo es la famosa tradición del “Tapete de la Muerte,” que se lleva a cabo en la ciudad de Guanajuato.

Esta tradición nació como iniciativa de la Asociación Civil Manos Unidas de Guanajuato, con el objetivo de rendir homenaje a los muertos de una manera artística, efímera y colorida, como solo los mexicanos sabemos hacerlo.

El Tapete de la Muerte se realiza cada 2 de noviembre, durante el Día de Muertos. Comienza desde las 7 de la mañana con el montaje, y en esta ocasión se han unido varios estados de la república para participar en este evento tan popular.

Algunos de los estados que estarán presentes son Guerrero, Michoacán, Tlaxcala, Hidalgo y Nuevo León, así como las comunidades de El Tejabán, La Trinidad, San José de Llanos y Santa Teresa.

Además de México, se han sumado equipos de Corea, Estados Unidos y Cataluña; también nos visitarán alfombristas experimentados originarios de Guatemala.

Pero ¿te has preguntado de dónde viene el origen de los tapetes? Existen dos versiones: una de ellas menciona su relación con temas religiosos, y la otra con tradiciones prehispánicas.

En algunos lugares de México, los tapetes son realizados para embellecer la ciudad y para encaminar a los peregrinos en procesiones religiosas, por lo que es común verlos durante las fiestas patronales.

Durante el Día de Muertos, los tapetes tienen la función de guiar las almas de los difuntos hacia sus seres amados, y también son un homenaje a su vida en la tierra.

Los tapetes pueden variar en tamaño, color y forma. Comúnmente se realizan en el suelo y no solo están hechos de aserrín; también se utilizan otros materiales, como flores, arena, semillas, frutos y tierra.

Estos tapetes pueden incluir alusiones a la muerte, como calaveras y catrinas, flores, personajes fallecidos o elementos representativos de una ciudad, dependiendo de cada persona y organización.